Mi desarraigo

divendres, de juny 20, 2003

el desarraigo de muchos...


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”No regreses jamás, no pienses en nosotros, no mires atrás, no escribas. No le des espacio a la nostalgia. Olvídanos. Si no puedes resistir esto y regresas, no me busques, no te permitiré entrar a mi casa.”

Alfredo a Salvatore, Escena 96, Estación del tren. Exterior día.
Cinema Paradiso de Giussepe Tornatore
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e-pistola, extractos.

From: Martha Segura N.
Date: 22/01/2001 6:27 p.m.
Subject: Ya decía yo...

... Stellita me contó que usted anda dándole vueltas a la idea de venirse.

JAMÁS. Ni de riesgos, amigo mío. Usted se queda donde está. ¿El costo es la soledad y una que otra racha de nostalgia? Pues páguelo. Y aliviémoslo como se pueda a través de este aparato. No fue para eso que lo concibió el ejército norteamericano, pero es así como lo usamos los nativos de Kosovo, Hanoi, Malvinas, Zimbawe, Namibia y Ráquira.

Mientras usted siga allá, nosotros abrigaremos esperanzas. Y mientras nosotros podamos responder desde aquí, usted sabrá que la patria está lejos, pero aún existe...

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Acerca del fenómeno contemporáneo de la emigración, John Berger en Páginas de la herida, nos dice:

”Pero emigrar será siempre desmantelar el centro del mundo y, consecuentemente, trasladarse a otro perdido, desorientado, formado por fragmentos”

”...¿Para qué añadir algo más?. Para que corra secretamente la voz de lo que se ha perdido. No por nostalgia, sino porque es en lugar de la pérdida en donde nacen las esperanzas”

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”Cuando se vive aquí, se siente que se está en el centro del universo, nunca nada cambia. Cuando te vas por un año, por dos... y luego regresas, cada cosa es diferente. El hilo se ha roto. No se encuentra nada de lo que se busca, tus cosas ya no te pertenecen, no existen más.
Hay que irse fuera, muy lejos, por años y años, antes de regresar para encontrar a tu gente de nuevo, para reconocerte en la tierra que has nacido...”

Alfredo a Salvatore en la misma escena de ayer, la 94, Paseo Marítimo. Exterior atardecer.
Cinema Paradiso de Giussepe Tornatore
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... y yo todavía aquí. Desterrado físicamente, con mis sueños exiliados de mi mismo. Anhelando tener la valentía para vivir una vida que merezca el retorno... Y ha llegado...

Imprímase y cumplase