Ya en las elecciones de pretores, censores y cónsules en la antigua Roma, se usaban pintadas y otros rudimentos de marketing político. Así lo atestiguan restos arqueológicos encontrados en Pompeya. Hoy, el marketing político hace acopio de todas las ciencias y artes disponibles, alcanzando cotas no imaginables en aquella época.
Molt Pop per ERC
Es evidente el esfuerzo de ERC por conquistar a la esquiva juventud citadina de BCN. Esto se refleja en el claro grafismo Pop de la campaña de Jordi Portabella. Tan pop, pero tan pop nos han convertido a George -perdón, Jorge-, que para el cumpleaños de Carod Rovira entonó el “Happy birthday mr president” de Marilyn, en vez del más juvenil y entrañable “ayns i ayns per molt ayns...” del Club Super3.
Ahora bien habrá que preguntar a los asesores de marketing, ¿ Es el Pop Art y Marilyn, icónos del siglo pasado, sinónimo de juventud independentista catalana?
Un votico por el amor de Dios...
En el otro extremo, que me quieren hacer creer que es el centro, los asesores de imágen de Alberto Fernández quieren acudir a nuestro buen corazón.
Conocedores del perfil psicológico del sociata pequeño burgues, que ha entronizado al PSC en la alcaldía de BCN, han optado por una campaña más propia de una ONG que del carpetovetónico PP. Eso sí sin renunciar a la caridad cristiana que la obra obliga.
En una de las simbiosis pictóricas más acertadas, nuevo hito semiótico del siglo XXI, han enlazado las reminiscencias de la hispanidad borbónica con la profundidad freak del imperio yanqui, uniendo en una sola mirada dos siglos de arte.
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