dijous, d’abril 22, 2004


Stamp Ass

Saint-Ex


Desde que supe la noticia del hallazgo de los restos del avión de Antoine de Saint- Exupery tengo el desasosiego propio de la profanación.

Y es que poner fin a un misterio de 60 años es asunto delicado, sobre todo cuando ese misterio tiene que ver con alguien para quien el misterio tenia un valor ritual que daba sentido a la vida.

Ya sabemos donde está el avión, bien poco hemos ganado, unas cuantas piezas oxidadas, unos íconos que al ser importunados por la ávida y curiosa mirada pierden todo valor.

Yo preferiría pensar que Saint-Ex está ahí, en el Mediterraneo, porque como lo aprendí de él -de la mano de A.H.G.-: "Lo maravilloso del desierto es que encierra un pozo en alguna parte."

Imprímase y cumplase