divendres, d’octubre 10, 2003

His-Story

El hilo de Ariadna



Casi 10 años después de su estreno, el día en que por fin tenía a mi lado a la persona adecuada para ir a ver la obra, llegué tarde. Afortunadamente Enrique y Rosa con su benevolencia nos permitieron pasar a vivir la obra, a pesar de que se entra a ella en cronometrado orden.

Yo ya sabía el efecto que provocaría no solo ver la obra, sino encontrarme con Enrique después de tantos años, lejos de la patria y lejos de La Nacho. Y yo aún más lejos de mí.

Allí en medio del patio del CCCB en una tarde de verano, un abrazo desencadena la confrontación de los sueños de juventud con las realidades de un adulto contemporáneo tardío.

No sin vergüenza le confieso que trabajo en el departamento de marketing de una empresa que... bueno, que ahora se dedica a que otros cuenten bien botellitas, eludo con plena conciencia pronunciar la palabra productividad, a él no le tengo que vender la moto.

Así que antes de entrar en el laberinto ya iba desgajado, ya sabía ya a donde me dirigía y a quien tenía que enfrentar. Jugaba con ventaja, no en vano...

Para ver hay que cerrar los ojos,
Para escuchar es preciso el silencio,
Para encontrar hay que perderse...


y yo agregaría:

Para estar a tiempo es preciso llegar tarde.

El Hilo de Ariadna representa para mí la invitación a retomar el hilo de mi vida, habrá que arriesgar y habrá que perder un poco, porque no arriesgar ahora sería perderlo todo, así haya llagado tarde sé que estoy a tiempo.

Parte 3 de 3

Señores: Se han reiniciado negociaciones con los japoneses para la venta del país, tal y como mi maestro de literatura lo deseó hace ya algunas décadas.

No ha sido fácil retomar las negociaciones, sobre todo después un pequeño problema lexicográfico con aquello de Zip y Zape, Zipa y Zaque, y Sake, pero todo ha llegado a buen puerto y estas son las condiciones de la negociación:

1) Los japoneses se comprometen a dejar de cazar a los ballenatos y sus padres. A cambio aniquilarán al vallenato de la faz de la tierra.

Sabemos que es una perdida de patrimonio cultural, pero la humanidad entera agradecerá más el dueto de Martha Sen con los ballenatos del pacífico colombiano que una puya entre Diomedes Díaz y Julio Iglesias.

2) El país se entregará completamente vació de Colombianos. Los ojirasgados con su milenaria sabiduría y finas maneras han detectado que el principal problema del país son precisamente los colombianos.

3) Los expatriados, exiliados, desterrados, fugitivos y emigrados presentes y futuros no podrán volver a vivir en Colombia. Eso sí, se les exigirá visado. ¿faltaba algún país que no lo hiciera?

4) El vendedor se compromete a que el procedimiento de desalojo se ajustará a la legalidad y a la cultura propia del país, sin acudir a mecanismos exteriores.

Así, la estrategia de desalojo se ha inspirado en lo propuesto por Fernando Vallejo en Los Días Azules, pero con una pequeña diferencia, en vez de legalizar el robo, se legalizará el asesinato de homosexuales. Se procederá así:

a) Con ponencia de Enrique Gómez Hurtado, se presentaría un proyecto de ley que lo no solo no pene la matanza de maricas, si no que la premie.

b) La bancada liderada por Carlos Corsi Otalora y toda la pléyade de doctos congresistas que ya habían hundido el proyecto de parejas del mismo sexo, con frenético entusiasmo aprobarán ésta enmienda al Código Penal de forma preferente.

c) El juris-prudente Ministro Fernando Londoño Hoyos y el Superpresi Uribe estarán tan prestos a ratificarla, como estuvieron decididamente en contra de la ley de parejas del mismo sexo hace un par de meses.

Su argumento será el mismo: este tipo de relaciones son inconstitucionales. Si se les han negado algunos derechos ciudadanos, esta ley corta el mal de raíz: Sin ciudadanos no hay derechos ciudadanos que se vulneren.

d) Para contar con el apoyo de Bush, Aznar y Berlusconi, a los homosexuales el gobierno los declarará terroristas, ya que con su comportamiento evitan la multiplicación de la especie WASP, dejándola a merced de árabes, asiáticos y negros que en eso de reproducirse no se cortan.

e) El superpresi Uribe regañará a las ONG`s que protesten, sobre todo porque no se sabe que endemoniados seres están detrás, precisamente ¡por detrás!, de estas organizaciones.

f) De forma democrática y farandulera se seleccionará un único aniquilador a través del reality show GRAN HP. Candidatos para entrar en el “campamento” hay muchos, pero se prevé que la final sea entre Carlos Castaño y el Mono Jojoy. El premio final incluye el perdón anticipado a través de la ley de alternatividad penal.

g) Se establecerá un periodo de gracia de 24 horas para que todos los gays del país se refugien en Beach Miami, en el Village Newyorkino, en el Barrio Castro de San Francisco, en la madrileña Chueca y en el Gaieixample Barcelonés.

h) En la primera fase el aniquilador acabará con la comunidad MLBTC (Maricas, Lesbianas, Transexuales, Bisexuales y Curiosos), contando con el apoyo o indiferencia del resto de colombianos.

i) En la segunda fase el aniquilador eliminará a cacaos como Julio Mario Santodomingo, con la clavada que le pegó a los cafeteros con lo de Aces no hay duda de sus verdaderas inclinaciones.

j) En la tercera fase se acabará con toda la clase dirigente (presidentes y ex-presidentes, ministros y ex-ministros) por ponérsele en cuatro a los gringos y abrírsele de piernas a los cacaos.

k) La cuarta fase se dedicará a los deudores del Upac por haberse dejado clavar de forma tan marica.

l) La quinta fase, la más sangrienta de todas, se dedicará al resto de colombianos por haberse hecho los maricas y no haber evitado que entre los cacaos, los políticos, los guerrilleros, los paramilitares, los narcos y el resto de “vivos” hayan echado a perder al país más hermoso del mundo.

A estas alturas nuestro eficiente y profesional aniquilador habría terminado con toda la población del país. Ahora queda deshacernos de él. ¿Cómo?, se preguntarán Ustedes.

Fácil, se suicidará, ya que recordará lo que dijo uno de los gays exiliados al salir del país:

¡Marica el último!

dimarts, d’octubre 07, 2003

Stamp Ass

¿Como Salvar el País?: ”El aporte de MaestroZen”.


Parte 2.75 de 3

Hemos visto propuestas de todo los estilos. En la parte 1 de esta serie mencioné la de Vallejo Mejía, que consistía en legalizar el robo para convertirlo en motor de la economía. Pero a pesar de que todo el mundo roba y solo se castigan las chichiguas, la cosa no funciona y el país va como va.

En la parte 2 describí la propuesta de mi maestro de literatura, que palabras más, palabras menos era venderle el país a los japoneses. Pero al parecer el negocio se torció al exigir los ojirasgados que se les entregara vacío.

En la parte 2,5, MaestroZen propone una alternativa para desarrollar la propuesta 2, que consiste en desocuparlo aprovechando dos características típicas de los colombianos: su odio a la diversidad, producto de la diversidad misma y su connatural apego a la violencia resultado al parecer de la sempiterna violencia que ha padecido el país.

Así se haría una concesión a una multinacional nipona para montar un parque temático en donde el fin del juego es matarse los unos a los otros. Una batalla campal que acabaría con un único ganador y con el negocio a tiro de as, faltando desalojar sólo al último colombiano.

Pero yo discrepo de esta propuesta porque ese jueguito ya no lo han montado los gringos hace rato. Please remember: Marquetalandia, Tranquilandia, y Plan Colombia, sin resultados contundentes, por el momento...

Tampoco creo que los colombianos no toleren la diversidad por ser diversos. Todo lo contrario, la diversidad es una riqueza, que no tienen, por ejemplo, los Vascos Vascos, o que intentan imitar los gringos con sus guetos, o Benneton en su publicidad, o que desesperadamente intenta implantar Joan Clos con su Forum 2004 en Barcelona.

Aún más, no creo siquiera que los colombianos sean violentos por naturaleza. Más violentos que los gringos de la nueva y vieja derecha, que los aztecas, que los colonizadores españoles, que los nazis alemanes, que los comisarios rusos del politburo staliniano, que los Utus ruandeses, que los vascos de ETA, que los victimarios Isreaelitas, que sus victimas Palestinas, ¿Sigo?. Pues no, no somos violentos ¡o qué!.

Otro punto que no me queda claro del Plan de MaestroZen es cómo desalojar al último colombiano, siendo este toda una "joyita"...

Por último, involucrar a los japoneses en desocupar el país es perder valor en la oferta, es decir, rebajarle el precio a la transacción. Y en esto quiero ser muy claro, yo no planteo esto para quedarme solito con el país o con la plata del negocio.

Mi único interés es que me condecoren en Harvard como profesor emerito de Negación y Disolución de Conflictos. Y eso no creo que sea mayor pecado, o acaso Turbay Ayala no fue presidente para ganarse el Bachillerato Honoris Causa, Betancur para ser poeta y presidente de la Fundación Santillana, Barco para ponerlo en su hoja de vida de ingeniero, Samper para aparecer en los libros de historia y ser el orgullo de su mamá, Lemos Simmonds para cobrar la pensión, Pastrana para ser nominado al Nobel de Paz y Uribe para quedarse.

Pues bien, ¿Qué cual es mi propuesta?. Mañana, mañana se las cuento, que tengo primero que hacer una llamada a Japón... y consultar con el Ministro de Cuitas Amorosas, Vicepresidente de Maquiavélicas Estrategias Apócrifas para cerrar de forma magistral zipote negociación.

Parte 2 de 3

Hace ya más de 20 años, le oí a mi maestro de literatura su solución para salvar el país: vendérselo enterito a los japoneses. ¿Qué maravillas no harían los ojirasgados si dispusieran de un país como Colombia?, Si teniendo tan solo un puñado de minúsculas islas eran lo que eran, ¿Qué no serían capaces de hacer con 1’141.748 Km2?, ¿Con qué esmero cuidarían todos los recursos naturales?. Mi maestro rozaba estados orgásmicos con sólo imaginarlo.

La idea no era del todo original, desde hacía mucho tiempo, el país ya estaba en venta, ofrecido en pequeños pedacitos a precios de ganga a diferentes postores, en su mayoría extranjeros. Un único comprador bien podría representar una ventaja a la hora de cerrar el negocio. El país se desmoronaba, el tiempo apremiaba.

Pero mi maestro no era el único que veía a los nipones como salvación. Alfonso López Michelsen, también soñaba con convertirnos en el Japón Suramericano. Sólo un Gallo como él podía prometer un Sol Naciente en un país sobre el que ya se cernía la noche que se nos coló por la ventanilla siniestra.

El sueño de López no se pudo cumplir, sus Orientales veleidades fueron a perderse en carreteras polvorientas de los Llanos Orientales. Los sueños de mi maestro, sin embargo, empezaron a cristalizarse. Al parecer, a mediados de los 80, se establecieron contactos secretos con los nipones. Se lograron acuerdos en cuanto al precio, los plazos y la financiación. Tampoco hubo mayores inconvenientes con lo referente al uso de nombres como Togotá, Karteghenashi, Shoashi, Harkabuko o Natagaima.

Todo iba de maravillas, hasta que los japoneses pusieron una condición: lo compraban sólo si se les entregaba SIN Colombianos.

No pedían casi nada. Vaina bien verraca era desocupar el país, ya que los colombianos se reproducen a tan frenético ritmo, que todo su esmero en matarse unos a otros con creativos métodos* es inútil. Es entonces cuando un intermediario judío propuso hacer una diáspora a la colombiana. Lamentablemente este último y desesperado esfuerzo se filtró, y a partir de entonces, todas las cancillerías del mundo empezaron a exigirle visado a los colombianos, frustrando de esta forma el salvador negocio.
Y así quedamos hasta este momento, sin solución alguna a la vista. Pero no hay que ser negativos, no todo se ha perdido, nos queda Foto Japón, una infinidad de academias de karate, el ori gami, Mazinger Z y Pokemon, las películas de artes marciales en doblete con las mejicanas, -Jackie Chan y la India Maria, inolvidable-, y la certeza de que en este país con sumo cuidado se manga cualquier cosa.

Mañana, Parte 3 de 3: "La Solución Final"

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*Enumeración no exhaustiva de los creativos métodos para matarse: secuestros individuales o colectivos –pescas milagrosas- , rescate de secuestros; masacres, bombonas de gas, bombas en burro, en caballo, en niño, en bicicleta, en coche; partidos de fútbol de la Selección se ganen, se empaten o se pierdan, igual da; Atracos; Burunbangazos, etc, etc.

Parte 1 de 3

¿Cómo salvar al país más hermoso del planeta?. Desde hace años, políticos, tecnócratas, economistas, taxistas e incluso intelectuales han planteado infinidad de propuestas para salir del atolladero en el que estamos envainados. Pero nada, parece que no encontramos luz al final del túnel.

Hace unos días cayó en mis manos una propuesta que expuso Fernando Vallejo en su novela Los Días Azules. Según Vallejo la solución para Colombia consistía en no penalizar el robo. De esta forma, los ladrones tendrían capacidad de compra, sus hijos podrían ir a colegios y universidades, con ese dinero se pagaría mejor a los maestros, se dinamizaría la economía y se redistribuiría la riqueza. Una propuesta al mejor estilo Goyeneche, como el mismo Vallejo reconoció.

Pero legalizar el robo sería quitarle la gracia al asunto, nadie se creería más vivo que el otro, el país perdería toda personalidad y perecería abrumado por la desmotivación y el aburrimiento. Sería como pensar en una Alemania desordenada, o en una Catalunya derrochadora. Colombia dejaría de ser Colombia.

Pero creo que la idea ha tenido trascendencia, y aún a pesar de que en el código penal se sigue castigando el robo, en la práctica, que es lo que cuenta, ejemplos como el Robo de Caldas, del Robo de Foncolpuertos, del Robo de Soto Prieto, y de tantísimos otros, demuestran que en el país de la Sagrada Impunidad y Desvergüenza, se roba a diestra y siniestra, y ahí seguimos de mal en peor. Lo siento Fernando, pero tu propuesta no cuajó o cuajó para mal.

Sin embargo me ha entusiasmado el hecho de que alguien tan rotundamente negativo con respecto al futuro del país, como Vallejo, le haya estado dando vueltas al asunto. Se le abona el intento, como se le abonaría a Antonio Caballero o a toda la caterva de casándricos profetas, que no hacen sino quejarse y criticar, ya sea desde la comodidad del exilio o desde la certeza de poder ser los primeros en hacer maletas rumbo Madrid o Miami.

Por eso yo me he puesto a reflexionar desde este destierro, a ver cómo se puede salvar al país, porque quiéralo o no, los domingos en la mañana me sigo levantando con ganas de irme a comer arepitas a Aquí en Santafé o a probar un chocolatico en La Puerta Falsa.

Y el resultado no es una propuesta nueva sino una “reingeniería” de añejas propuestas, aderezadas con rotundas realidades patrias para alumbrar una alternativa. Pero por hoy dejémoslo aquí, que yo trabajo señores y Ustedes también...

Mañana, Parte 2 de 3: “El Japón Suramericano”
Pasado Mañana, Parte 3 de 3: "La Solución Final"


El Aporte de Maestro Zen
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