Hace unas semanas un amigo "liberal" adscrito a CiU, el partido de centro derecha de Cataluña, me invitó a unirme a un evento con otros inmigrantes durante la campaña de Artur Mas. Decliné amablemente la invitación, por supuesto.
Mi amigo conocía la desafección que le profeso a Artur Mas desde hace más de ocho años. Y no es por su pinta de Pepe Cortisona, aquel prepotente amigo de Condorito, si no por su posición acerca de los inmigrantes que le tengo tirria, como diría mi madre.
Está claro, por fin, la guinda para solucionar la crisis económica es echar para atrás el matrimonio homosexual. Eso es lo que se colige de lo dicho por Mariano Rajoy el líder del PP en su última entrevista.
Después de leer este artículo de Jakob Nielsen y repasar mis últimos dos años de experiencia laboral me ha entrado la duda si estoy viviendo una especie de Gran Hermano internético.
Creo que entiendo algo más, aunque todavía poco, de lo que se ha dado en llamar 'usabilidad'. Un término que puede sonar pretencioso para quienes piensan que el diseño es una cuestión de 'colorcitos'.
Quienes hemos estado en "fábrica" lo hemos tenido claro desde siempre. Sin embargo los "gurús" del management y sus fieles replicantes llevan décadas menospreciando el valor que se genera en la fábrica y alzando loas a la tercerización y la deslocalización.
Por fortuna no estamos tan solos quienes defendemos la fábrica. Andy Groove, exCEO de Intel, lo ha dejado muy claro en un artículo de Businessweek.
Para Groove la producción en masa, escalar una idea hasta convertirla en un producto industrial es vital para la innovación. La fábrica no es una molestia, es parte fundamental en el proceso de creación de valor y de generación y acumulación de conocimiento.
Sin fábrica no hay conocimiento. Son los problemas de la industrialización los que permiten a prender no solo del proceso y la tecnología, si no las relaciones de negocio, logisticas, laborales, etc, fundamentales para construir el "negocio". La fábrica es el centro.
La experiencia de Andy Groove en el desarrollo de alta tecnología se ve corroborada en "Origen y Evolución de los nuevos negocios" un estudio de 1999 de Amar Bhidé, profesor de La Universidad de Columbia.
En este estudio Bidhé analiza el proceso de gestación de las empresas y llega a la conclusión que el 81% de las ideas empresariales, es decir de las mejoras y los nuevos productos lo tienen los mismos trabajadores.
Renunciar a la fabricación o menospreciar su valor y entregarla a terceros es un suicidio. Por eso nos llamó la atención que en España el 47% de las empresas del sector de la alimentación están tercerizando sus procesos industriales.
¿Hacia dónde va España? ¿Y Lationoamérica? ¿Es inteligente esta estrategia?
Los costes a corto plazo mandan, la estrategia industrial pierde. Los "monos" de Dilbert ganarán sus bonus, los accionistas vivirán algunos trimestres de euforia. ¿Y después?
Esta historia ya la han vivido otros sectores: el textil, el automotriz, la electrónica. Tal vez confiamos en que el sector alimentario es inmune gracias al caracter perenme de los productos, sin embargo...
Sin embargo, los avances en packaging activo, que asegura la frescura y calidad de los productos por más tiempo, están empezando a derrumbar la última barrera. La deslocalización será factible.
Y tal vez sea también inevitable, esa es la gracia de la destrucción creativa de la que hablaba Schumpeter y a la que hace referencia Mike Collins en su libro Saving American Manufacturing.
¿Qué hay que hacer? ¿Quién lo tiene que hacer? ¿Aprenderá la industria alimentaria de las otras industrias? ¿Y Latinoamérica de USA? ¿Volverá a ser la fábrica el orgullo de nuestras empresas?
Demasiados interrogantes por hoy, para los monos.
El Tiempo: manipulación y "picardía" a favor de Santos
Etiquetas: Colombia, política dissabte, de maig 22, 2010Expongo a continuación un ejemplo claro y contundente de la grosera manipulación a favor de Juan Manuel Santos y en contra de Antanas Mockus. Parece que JJ Rendón ejerce desde Miami lo que Enrique Santos Castillo no pude hacer desde ultratumba.
El martes en la edición digital encuentro esto:
Aparece la noticia sobre el juicio a Santos por el bombardeo en Ecuador en el que murió el guerrillero Raúl Reyes. Santos declara que dicho juicio no tiene validez jurídica a nivel internacional.
A renglón seguido, como noticia relacionada, aparece una frase de Antanas Mockus: "La gente paga por lo que hace, no por la intención que lo hizo".
Confrontando las dos noticias en el mismo lugar, supeditando la de Mockus a la de Santos, la primera impresión es que Mockus responde a Santos o al juez ecuatoriano que quiere juzgar al Ex ministro de defensa colombiano.
Es claro, lo que quieren hacernos pensar es que Mockus apoya el llamamiento a juicio y el pedido de extradición. El que la hace la paga, independientemente de la intención con que lo hizo.
Cuando una entra al articulo de las declaraciones de Mockus se encuantra con:
De forma explicita dicen que Mockus no se ha refereido directamente al caso, pero traen a colación la respuesta, sacándola de contexto. No hay enlace alguno al medio que la publica, ni cuando se hizo esa pregunta ni en qué contexto. Solo ponen la pregunta y un extracto de la respuesta de Mockus.
Sin embargo la frase: "El que usted cometa un atentado contra la vida de civiles inermes con fines supuestamente altruistas, eso, que el mundo antes veía con ojos benignos, eso se acabó (...) ya no encontrarán ustedes legislación que diga, oiga el tipo lo hacia por buenas intenciones, la gente paga por lo que hace, no por la intención con que lo hizo" expresa más una posición contra las FARC y los defensores de determinada interpretación de delito político. Por decirlo en términos reduccionistas, que parece ser lo único que entienden algunos, es una frase muy Uribista.
A partir de la publicación sesgada y manipulada de la noticia en El Tiempo, los blogs aprovechan para completar la tarea que El Tiempo no puede hacer. De manipulaciones y medias verdades publicadas en prensa "seria" elaboran la mentira absoluta con la que la factoría Santos-Rendón ataca la campaña de Mockus.
El Tiempo no es imparcial, tal vez nadie lo pueda ser, pero grave aquí es no es ético. Manipula, se entrega al servicio de la campaña. Pretende hacernos creer que es un medio plural, imparcial, independiente, que practica un periodismo ético.
Creen que con darle voz a algunos editorialistas de otras vertientes le dan esa patina de pluraridad, pero es en sus páginas de información general y en su portada en donde realmente tienen el poder de moldear la opinión pública.
Bien lo sabía y practicaba el "franquista" Enrique Santos Castillo, padre de Juan Manuel Santos, quien fue editor y jefe de redacción por décadas en la empresa familiar. Que digan lo que quieran los sobrinos díscolos y sus amiguitos en la editorial que manajeba Hernando, su hermano "rojo", que la opinión pública la manejaba él desde la portada.
Una "picardía" más de Juan Manuel o de sus amigos, una muestra más de cómo están manejando la campaña, que no ha sido diferente de la forma en que han venido manejando el país por décadas.
Yo tengo la ilusión y la esperanza en remojo, me entusiasma que seamos muchos los que queramos un país regido por la honestidad y la autoridad sustentada en esta. Pero sé que el viejo y corrupto país se dejerá desplazar por unos cuantos votos. Ya hay paladines de la libertad y la democracia que hacen conjeturas de guerra civil si Mockus llega a la presidencia.
Celos, promesas electorales y pragmatismo
Etiquetas: Antanas Mockus, Colombia, política dilluns, d’abril 05, 2010Sí. Yo he hecho promesas electorales. Pero no cualquier promesa. Su particularidad reside en que no es una promesa de político, sino de elector.
Confieso que la hice embriagado por ese sentimiento arcaico, atávico y sin duda peligroso que es el orgullo patrio.
Para la única vez que me siento orgulloso de ser colombiano, voy y la embarro de forma monumental. Porque es lógico que los electores nos olvidemos de las promesas de los políticos, pero ellos no se olvidan de las nuestras. Y ahí es donde está el peligro, que me pueden reclamar el cumplimiento de esa promesa.
En 2006 después de una conferencia en Barcelona le confesé a Antanas Mockus que él era el blanco de los celos de mi marido, porque él sería el único hombre por quien yo volvería a Colombia en el caso de que llegase a ser presidente.
Mi marido ha superado el ataque de celos. En un alarde de pragmatismo no le importa el motivo del regreso, sino el hecho de vivir en Bogotá como siempre ha querido.
Espero que Antanas no se acuerde de mi promesa, y si lo hace sea para nombrarme embajador de Colombia en la República de Catalombia. Ese sería el único cargo que yo aceptaría.
Me asaltan con una pregunta incómoda. Requieren mi opinión sobre el retorno a la patria chica.
La primera respuesta, casi que instintiva, es no. Para mí, el retorno al terruño es casi sinónimo de fracaso. Al menos por ahora. Y no es que yo crea que estar lejos de casa sea un triunfo. ¿Qué es un triunfo? ¿Una foto junto al cohce último modelo? ¿Un pasaporte nuevo? ¿Una hipoteca a 30 años? ¿Un título y una profesión de lustre?
Insisto, para mí triunfar es desarraigarse de Colombia, destruir toda esa costra clasista con que nos han criado. Vivir no solo en un país, si no en varios. Verse obligado a untarse de otras personas, otras costumbres y otras voces, independientemente de que sean aún más pueblerinas que las que abandonamos en el terruño cundiboyaco.
Y todo para volver un día, ya octogenarios y podernos encerrar para evadirnos de la realidad, opio mediante.
Pero yo me he quedado en el primer salto. Por comodidad, no puedo negarlo. Así, que por el momento soy un mediocre ejemplo de lo que considero triunfo. Pero eso tiene arreglo, y no es precisamente la independencia de Cataluña.
Volver, aunque doloroso al principio, es la solución más sencilla y cómoda para muchos. Así que el único consejo que puedo dar es que se procure vivir, que no pernoctar, en donde se esté, por mucho que ese lugar de paso sea hostil y requiera de un esfuerzo.
Sé, que como todo consejo, éste es inútil y vano.
En esta casa somos muy de Castro, de Photo Castro e incluso muy de Franco, de James Franco. Y ni se diga, también nos encanta Milk.
Sabiduría Benz
MI vida es una película que se queda siempre corta, originalmente cargada por Republica de Catalombia.
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