No razones

dimecres, de setembre 30, 2015

No es por economía. Tampoco para huir de la soledad. No necesariamente por sexo. Jamás por costumbre o comodidad. Mucho menos por aparentar. Menos aún por bondad, compasión o culpa.

Razones no hay. Tampoco sumas y restas. Ni sacrificios, ni concesiones, ni súplicas, ni exigencias, ni esfuerzos. Solo voluntad de estar, por confianza, por complicidad, por tener un lugar en el mundo donde ser libre, donde la palabra valga y la lealtad deje de ser una palabra para ser algo tan denso como el peso de tu cuerpo sobre el mío.

Ese delgado hilo que nos une, qué frágil pueda parecer, no lo es porque no está hecho de belleza, erudicción o pasión, ni de palabras, poemas o canciones que se desgastan cuando se usan de amante en amante.

La fuerza solo procede del deseo de una mirada sin reproche, sin rencor, una mirada que sepa que el deseo pasa, la pasión mengua y las razones se desdibujan, una mirada que resuma la vida antes de consumirse en la oscuridad. Esa es mi dictadura de la mirada, vivir solo para ese destello.

Yo, que soy chamizo y desearía ser bambú, solo puedo dejar que el tiempo haga su trabajo y que tu me rompas o me doblegues cuando un día digas que me has dejado de amar.



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