El Chingue del Che

dijous, d’octubre 11, 2007

Esta semana hemos tenido overdose del Ché. Una figura, un mito muy discutido; alabado por unos, denostado por otros.

Un icono pop a la altura de Marilyn, de la Campbell Soup de Warhol, del Divino Niño del 20 de julio...

Un simbolo de nuestros tiempos, tiempos en que la imágen supera el significado, y el significado poco o nada tiene que ver con la realidad. Tiempos de Imágen y de adicciones.

Y a cada adicción su ícono, para unos el Ché es el epitome heroico de la lucha de la libertad sobre el imperio del Tio Sam, para otros el Sagrado Corazón de Jesús representa la liberación del imperio de Satán y para otros pocos, por fortuna, el Hombre Marlboro simboliza la lucha del hombre libre y viril frente al imperio de la pradera llena de vacas.

Estas adicciones, o religiones como prefiere llamarlas John Gray, necesitan de estos héroes, jóvenes que luchan por una causa y mueren bajo su sino. Son sus seguidores los que eligen qué imágen y que simbolizan. El Ché adusto y determinado, la rebeldía; Jesucristo en la cruz, doliente y moribundo, al amor y la felicidad de la vida eterna; El Hombre Marlboro sobre su caballo, un galopante cancer de pulmón.

Toda una esquizofrenia iconoclasta.

Y como sé que ya unos han caído en síncope y solo hay una forma de animarlos, aquí les dejo una muestra de lo bajo que ha caido la imágen del Ché... Tiempo para el humor británico, y decir a los cuatro vientos, estoy hasta el coño del Ché, me importa un culo el Ché o se vive se siente el Ché está presente y batiente...

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