Este fin de semana he disfrutado de dos deliciosos brunchs chinos, Dim Sums (pedacitos de cielo) y otras delicias. Es como estar en Beijing, pero con camareros mulatos.
Las familias chinas llegan al completo, desde la bisabuela centenaria hasta el recien nacido. Aqui compruebo por enésima vez la teoría de Bob, los chinos son bellos de los 0 a los 5 años y de los 95 en adelante...
Habrá que ver si el Fly Dragon de Barcelona hacen un brunch con Dim Sums los fines de semana. La tarea le queda al Elefante Azul.
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