Vaya paradoja laica con la que se ha enfrentado esta República al abordar el teologal misterio del Santoral Oficial de Catalombia.

No es normal que una República laica entrone santos y máxime cuando ha hecho suyo el axioma que la abuela Elvia pregonaba a sus hijas en edad de buen merecer:

“Mijiticas, no sean tarugas, santos con güevas no existen”.


¿Pero es que hay algo normal en esta República?. Pues la verdad es que no, y así con dos cojones vamos a declarar santos y santas a quienes según nuestro leal saber y entender, sobre todo el entender, nos apetezca.

Hoy 14 de mayo es el día de San Apócrifo Bendito, patrono de los amores bien hallados.

San Apócirfo Bendito es un géminis con ascendente Galaxia Maquilec*.(Y no me vengan aquí a criticar con lo del zodiaco, que si ya hemos aceptado un santoral, ¿Nos vamos a poner tiquismiquis con una superchería mas?, ¡Ni más faltaba!).

Gracias a su naturaleza geminiana desde muy pequeño se destacó por emparejar con desconcertante facilidad todo tipo de objetos, animales y personas, ubicando a cada quien con su cada cual. No es una casualidad que desde su nacimiento hayan surgido duetos famosos como: Starky & Hutch, Simon & Garfunkel, Martes & Trece, Mortadelo & Filemón, Ortega y... Palito.

A sus 26 años tuvo una primera revelación de sus dones al recoger un periódico gratuito de la papelera de una estación de metro. En ese momento su vida de funambulista patafísico cobró sentido absoluto y supo que su don, aunque raro e incomprendido, no era casual, que esa vocación iba mas allá del sino, de la obligación divina, de la dictadura del instinto natural.

Emprendió así su primer milagro consciente, pero a pesar de su innegable talento para convencer y embaucar al prójimo, de poner esa carita de yo no fuí que le ha encumbrado como líder absoluto de los juegos de estrategia militar, una de las partes se mostraba esquiva a sus sugerencias.

Hasta que un día de trabajo cualquiera, antes de tomar el café de las 9 de la manaña, escribió un comentario apócrifo en un post en uno de los mitos de la clase B de la blogosfera de ese entonces. Y ahí empezó todo.

Tres semanas después dos almas se embrigarían con suave aliento y volarían hacia la luna. Y hoy por hoy lo siguen haciendo.

Gracias San Apórcifo Benidto por los favores recibidos.


Imprímase y cumplase