Stamp Ass

En Guerra

diumenge, de juny 27, 2004



Only the dead have seen the end of war”,
George Santayana


Estamos en guerra, no hemos salido de ella por mucho que la racionalidad y el humanismo, evanescencias de nosotros "los progres", libren batalla frente al horror y la barbarie.

No he podido reponerme de la sensación que me dejó la exposición EN GUERRA que se presenta en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona -CCCB-.

La primera sensación fué de exclusión. ¿Por qué no aparecen ni Mapiripán, ni Bojayá, ni La Gabarra, ni Marquetalia en el centenar de batallas que aparecen como bienvenida? Eludí la respuesta al reconocer ese tufillo egocentrista y victimista que caracteriza a todo colombiano en el exilio y seguí adelante.

Todo empieza como un juego y mi memoria presurosa me enfrentó a los juguetes de la infancia: la lanzadera de misisles a pilas que mi tio Carlos me trajo de su primer viaje a Japón, o el tanque de guerra de plástico que me regaló el Padre Angel cuando prometí ser su monaguillo ( a la iglesia la he mantenido a raya desde niño a punta de promesas...). ¿Juguetes?

Luego vinieron las palabras, las arengas, la voz de Fidel, el inglés texano de George II, que dieron paso al recuerdo de la vehemencia con que mi abuelo hablaba contra "los godos" ¿Palabras?

Y llegaron las hostilidades, las manifestaciones en contra de la guerra, la espera del combate, el combate mismo, los efectos del combate, los refugiados y los urbicidios. Y solo tuve como referencia mis recuerdos, el polvo que me eche antes de la primera guerra del Golfo, no vaya y fuera que esto se acabara de verdad, la marcha en Barcelona contra la segunda Guerra del Golfo, y las memorias de mi Bisabuelo Florentino Sánchez acerca de la Batalla de Palonegro en la Guerra de los Mil Días. De allí en adelante todo fue diluyendo en titulares de prensa, en libros o en películas,pero tal y como nos lo recuerda Withman "Las guerras nunca estarán en los libros".

Así que el fetichismo histótico de ver la mesa en donde Japón firmó su rendición, o los estandartes de guerra Nazis incautados por el Ejercito Rojo o el parte de victoria de puño y letra de Franco quedaron borrrados por los testimonios de los supervivientes de guerra que frente a frente van relatnado lo que les ha sucedido y dejan ver en su mirada la herida que llevan dentro.

Soy tal vez de los pocos seres humanos afortunados que no han vivido guerra alguna en directo. Y cuando digo en directo no me refiero a la transmisión borrosa de bombardeos, ni a la transmisión radial, cual partido de fútbol, que hizo Yamid Amat de la toma del Palacio de Justicia, ni mucho menos al Reality Show de las torturas en la cárcel Abu Graibh en Bagdad.

Yo no he vivído una guerra, no sé que es eso y esta exposición me ha acercado a ese horror, me ha recordado que somos capaces de lo peor y que desgraciadamente es lo que mejor sabemos hacer.


Imprímase y cumplase

1 comentarios:

Gabriel ha dit...

Es tenaz que una exposición sobre la guerra sea movida por el morbo, pero en últimas así es la realidad. Con javier vimos una grabación de un croata (serbio? montenegrino?) que era muy extraña, el tipo hacía sonidos con un micrófono. Luego miramos la etiqueta, lo que hacía el tipo era imitar los sonidos de las bobmas que caían en su ciudad natal. Es devastador.