Si la hija del fotógrafo que tomó la imágen del Ché denuncia a alguien por utilizar esa imágen, ya puede empezar a demandar a todos los vendedores de afiches de Chapinero, a los grafiteros de la Plaza del Che de la Univerisdad Nacional, e incluso puede demandarme a mi mismo.




La imágen es del Ché y de lo que el representa. El fotografo es circunstancial. Pero, definitivamente la propiedad privada no deja descansar en la paz del Señor misericordioso a los comunistas ateos. Qué cosas tiene el mercado.

Imprímase y cumplase