divendres, d’abril 02, 2004


HIS TorY

Lo que la semántica se llevó



Mi teléfono móvil N+ 1 se ha perdido. La noche que regresé de Bilbao lo declaré refundido y luego de dos días de investigaciones exhaustivas no me queda duda: el pobre se perdió.

Sólo le queda el consuelo de ser el último de una larguísima zaga que incluye: tarjetas de crédito, bolígrafos, llaves de casa, libros, dinero en efectivo, ropa, virginidades...

Creo pertinente que el lector vuelva a la primera frase del post y determine el tiempo y modo de conjugación verbal. Mi teléfono móvil se ha perdido.

Se podría deducir que el teléfono es un objeto animado, un ser independiente con libre albedrío y que él mismo se ha ido o se ha extraviado. ¿Y es así?

No, o al menos no está demostrado científicamente. Yo me he unido a un equipo Inter.-indisciplirario que durante años ha estado investigando exhaustivamente las propiedades animadas de los objetos inanimados.

En principio se ha establecido un protocolo de ensayo, un experimento científico en toda regla que busca confirmar la siguiente hipótesis: La ropa sucia, como ente inanimado, puede desplazarse autónomamente desde cualquier lugar de mi habitación hasta la lavadora.

Lamentablemente una conspiración encabezada por varias de nuestras madres, novias, amantes o esposas han dado al traste sucesivos intentos de demostrarlo, interponiendo su esteticismo marujista al avance de la ciencia y, de paso coartando el libre albedrío de estos seres inanimados.

Si tú, teléfono móvil mío lees esto, por favor llámame, no importa sea cual sea tu decisión, este detalle será de gran ayuda para la ciencia.

Imprímase y cumplase