dimecres, d’agost 06, 2003

Stamp Ass

Xerox o no Xerox...


Definitivamente los negocios de fotocopias dan para mucho. Debe ser porque por allí pasa mucha información y se reproduce con asombrosa facilidad. Desde los Diálogos de Platón, pasando por la Física de Freeman, hasta las ordenanzas municipales de reclasificación de suelo..., en fin, infinidad de daticos que hacen de estos lugares el sitio propicio para surjan o se oculten grandes negocios.

En una tienda de fotocopias nos podemos encontrar con agradables sorpresas democráticas. Por ejemplo: que todo un miembro de la Junta Directiva de Transmediterránea preste su nombre para que desde allí se aporte al bienestar de todos los trabajadores españoles a través de la Seguridad Social. Regio.

Tan loable gesto merece el reconocimiento y gratitud de la clase proletaria y no la pertinaz y ciega crítica de los malditos rojos. Así se hace patria, así es que se da ejemplo de humildad a tanto alto directivo encopetado, así se apoya a la microempresa. Que no daría yo porque semejante gesto lo tuvieran Don Emilio Botín o Don Julio Mario Santodomingo, por mencionar a dos genios del fotocopiado, digo, de las finanzas.

Sin embargo, creo que es en Colombia en donde nos llevamos las palmas en esto de la creatividad fundamentada en la fotocopia. No solo fotocopiamos como nadie los billetes de 100 Dólares o Euros, también la tropical burocracia ha hecho de este floreciente sector industrial, pilar fundamental de nuestro PIB. Miles de millones de pesos en fotocopias reposan en juzgados, comisarías, notarías y ministerios.

Pero ahí no para la cosa. Colombia tiene el honor de ser el único país del mundo que ha aplicado con éxito una retro reingeniería empresarial de la fotocopia en el sector académico. El asunto lo conozco de primerísima mano. Les hago un anticipo del Caso que estoy escribiendo para la Escuela de Negociados IAESE, sólo con la condición de que no me lo fotocopien.

En 1973 se funda Gráficas Luz en Bogotá, empresa de artes gráficas que introduce al país la novedosa técnica del fotocopiado patentada por Xerox Corporation.

A finales de la década de los 70, ante la explosión demográfica, las restricciones estructurales en materia de educación superior y características psicosociales del colombiano medio, produjeron una fuerte demanda por títulos universitarios que permitiesen la movilidad social de los estratos 2, 3 y 4 hacia estratos superiores.

Esta demanda fue cubierta por visionarios empresarios académicos, que basándose en el modelo fundacional de Hewlett-Packard, Apple o de MS en Sillicon Valley, intentaron convertir a Bogotá en el Cartoon Sabana a través de un millar de Universidades de Garaje.

Esta explosión de centros educativos de garaje, generó una metástasis de centros de fotocopiado de garaje, como efecto colateral y subsidiario de la pobreza de medios que padecían los estudiantes, que sólo podían acceder a los libros de texto a través de la fotocopia.

Graficas Luz, aprovechó este mercado expansivo especializándose en el nicho educativo. En 1977 Gráficas Luz pasó a denominarse Gráficas San Martín.

En 1980, los directivos de Gráficas San Martín con una meridiana claridad reflexiva, después de analizar las sinergias entre los negocios de fotocopias académicas y las universidades de garaje, llegaron a la estratégica conclusión de que no había diferencia alguna entre fotocopiar libros de texto universitarios y fotocopiar títulos universitarios. Así nace la Fundación Universitaria San Martín (FUSM).

Vemos como en este caso un sano ejercicio de reflexión estratégica de mercados, se convierte en un paradigmático proceso de retro-reingeniería de negocio. Hasta ese momento las universidades generaban a su alrededor negocios como tiendas de fotocopiado. A partir de La FUSM es una tienda de fotocopiado la que genera una Universidad.


Así pues mis queridos amigos españoles, no sois los primeros en este tipo de ejercicio empresarial, no os extrañe que a partir de un tienda de fotocopiado, se pueda construir un imperio inmobiliario gracias a las fotocopias de las ordenanzas municipales de reclasificación de suelos, y de las heliografías de los planos topográficos.

Imprímase y cumplase